La distinción entre delincuencia organizada en el comercio minorista (ORC) y hurto oportunista no es sólo académica; es un factor crucial a la hora de configurar las estrategias de prevención de pérdidas. Aunque ambas formas de hurto contribuyen al problema mundial de la pérdida desconocida en el comercio minorista, sus motivaciones, metodologías e impactos varían significativamente, lo que exige respuestas adaptadas por parte de los minoristas.
El fenómeno ORC
En el fondo, la ORC se basa en la sofisticación y la escala. Esta forma de robo implica la colaboración de redes de individuos para ejecutar atracos a gran escala, a menudo con la intención de revender los bienes robados. Estos grupos tienen como objetivo artículos muy codiciados -electrónicos, productos para bebés e incluso detergente para la ropa-, cualquier cosa que prometa una rápida rotación a través de mercados físicos y en línea. El análisis de más de mil millones de experiencias de compra al año realizado por Gatekeeper Systems revela que el ORC puede predecirse cuando un minorista observa un patrón de carritos, a veces múltiples, repletos de artículos idénticos, listos para su reventa.
El ladrón oportunista
Por el contrario, el robo oportunista es el acto de un individuo, movido por un impulso o una necesidad inmediata, sin el respaldo de una red elaborada. Estos ladrones pueden robar cualquier cosa, desde aperitivos hasta pequeños aparatos electrónicos, artículos destinados al uso personal y no a la reventa. No se centran tanto en el botín como en aprovechar el momento, suelen pasar desapercibidos y dejan una huella mucho menor que sus homólogos organizados.
Repercusiones para los minoristas
Independientemente de sus diferencias, el impacto económico de estos robos es profundo. Cifras recientes apuntan a un aumento de la tasa media de pérdida desconocida hasta 1,6% del inventario total, lo que supone más de $112.000 millones en pérdidas en todo el sector. Aunque una parte importante de estas pérdidas se debe al hurto en el lugar de trabajo, los robos oportunistas agravan la carga, lo que pone de relieve la necesidad de estrategias integrales de prevención de pérdidas.
Afrontar los retos
La lucha contra el robo organizado exige una estrategia polifacética. Los minoristas deben emplear una vigilancia avanzada, formar a los empleados para que reconozcan los signos de robo organizado y colaborar con las fuerzas de seguridad para hacer frente a estos sofisticados delincuentes. Contrarrestar el robo oportunista implica mejorar las medidas de seguridad de la tienda y fomentar un entorno en el que los malos actores se lo piensen dos veces antes de actuar.
La tecnología Purchek® de Gatekeeper Systems ofrece una solución a ambos retos. Esta tecnología es fundamental para prevenir los hurtos, ya que detecta e inmoviliza los carros de la compra cargados de mercancía sin pagar antes de que salgan de la tienda.
El sistema funciona a la perfección, distinguiendo entre los carritos que siguen el proceso de compra correcto y los de posibles ladrones que se dirigen a una puerta de salida sin haber pagado su mercancía. Si un carrito llega a la puerta, se desactivan las ruedas, suena una alarma y se graba un vídeo. En la mayoría de los casos, esto es suficiente para que el delincuente deje atrás el carrito y salga de la tienda.
Mantenerse a la vanguardia
Los grupos de delincuencia organizada adaptan continuamente sus métodos y los ladrones oportunistas explotan nuevas vulnerabilidades. Los minoristas deben permanecer alerta y adoptar tecnologías y estrategias que evolucionen con estas amenazas para proteger mejor sus activos y garantizar un entorno seguro y acogedor para sus clientes.
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