Escala y extensión de los empujones de los carritos

• Se calcula que un comercio minorista de comestibles que presente algunos indicadores de niveles elevados de riesgo global, con unas ventas anuales de aproximadamente 40 millones de libras esterlinas, es probable que sufra al menos 140 robos de carritos al año (casi tres a la semana), con un coste aproximado de 31.500 libras esterlinas al año. Dicho de otro modo, se calcula que los robos de carritos pueden representar aproximadamente 4% de todas las pérdidas de existencias desconocidas (mermas).
• Se calcula que el coste medio de un incidente de empuje de carro es de 224 £, aunque algunos incidentes se valoraron en más de 2.000 £.

Perfil de los empujadores de carros

• Los incidentes que cuestan 200 libras o más representan una cuarta parte de todos los incidentes registrados (26%), pero representan casi dos tercios de todo el valor (64%): una proporción relativamente pequeña de empujones de carritos de alto valor genera una cantidad significativa de pérdidas.
• De los detenidos, 21% pagaron por los productos que intentaban robar. La mayoría actuó en solitario, y solo 10% actuaron en concierto con otro u otros delincuentes. Los que actuaron en grupo (dos o más) tenían muchas más probabilidades de intentar robar cantidades de existencias de mayor valor, más del doble que los delincuentes que actuaron en solitario.
• Los incidentes de empujones de carritos rara vez dan lugar a la intervención de la policía: sólo en el 3% de los incidentes registrados se hizo referencia a que se llamara o interviniera.
• Hubo pocas pruebas de que las intervenciones de empuje de carros fueran generadoras de violencia y/o abuso verbal - sólo 3% de los incidentes registrados, sin que se encontrara relación entre la gravedad del suceso (medida por el valor o el número de infractores implicados) y la probabilidad de que se produjera violencia y abuso verbal.
• No hay pruebas de que el personal de seguridad conozca a los autores de los robos de carritos: sólo en el 1% de los incidentes se mencionó que el autor era un delincuente conocido.
• La excusa más común fue que un familiar tenía el recibo, seguida de la admisión directa de que estaban intentando robar, de que se habían olvidado de pagar o de que iban de camino a su vehículo para coger la cartera o el dinero para pagar los productos del carrito. Curiosamente, los que ofrecieron una razón eran mucho más propensos a seguir adelante y pagar los productos que intentaban robar.
• Por término medio, los delincuentes que empleaban técnicas para burlar otras formas de seguridad del comercio presentes en la tienda (como el uso de bolsas forradas con papel de aluminio, la eliminación del etiquetado de los productos y el intento de distraer al personal de seguridad) tenían muchas más probabilidades de intentar robar productos de un valor significativamente superior, más del doble de la media.

En general, la investigación concluye que para los minoristas que ofrecen a sus clientes el uso de un carrito, la amenaza de los hurtos por empuje es real y significativa. Además, las pruebas presentadas en este informe sugieren que el uso de la tecnología de bloqueo de ruedas Purchek tiene un impacto muy positivo en este tipo de delitos, ofreciendo una atractiva propuesta de retorno de la inversión para los minoristas que invierten en este sistema.

Impacto de la intervención de empuje del carro

•  Los resultados mostraron un marcado descenso del número de incidentes y del valor semanal de las pérdidas asociadas a los robos de carritos después de tres semanas de instalación de la intervención. Este "periodo dorado" de disuasión parece tener un profundo efecto en la comunidad de ladrones habituales de carritos, que se percataron claramente de la utilización de la intervención. El número y el valor de las pérdidas disminuyeron una media de 49% y 47% respectivamente tras el periodo inicial de utilización de la intervención.
• Un modelo de rentabilidad de la inversión reveló que, para una tienda de comestibles con unas ventas anuales en torno a los 40 millones de libras y un coste medio de instalación de 30.000 libras, el periodo de amortización descontado para el uso de la intervención era de poco más de 1 año, lo que generaba un valor actual neto de 46.614 libras y una tasa interna de rentabilidad de 70%.
• La investigación puso de relieve el valor de la Visibilidad de Activación de Alarma que ofrece la Intervención - Kinetic Crime Prevention - al ofrecer al personal de seguridad un método mucho más inequívoco para identificar qué cliente había activado la alarma de salida.
• Una faceta clave de la Intervención era su capacidad para disuadir durante un periodo inicial de detección, un "periodo dorado" de potencia en las primeras semanas tras la instalación. Sin embargo, para lograrlo, la investigación concluyó que era de vital importancia que el personal de la tienda estuviera disponible para responder a las alertas.
• Al igual que otras iniciativas de prevención de pérdidas, la Intervención puede ser propensa al problema del desplazamiento, en particular a que los ladrones más decididos y profesionales adopten métodos alternativos para eludir la tecnología. Por lo tanto, será importante que tanto los usuarios minoristas como el proveedor de la tecnología sigan de cerca la evolución de los comercios minoristas en los que se utiliza la Intervención para garantizar que se reconozca la futura "innovación" delictiva y se responda en consecuencia.
• La Intervención también genera una serie de falsas alarmas positivas (activaciones incorrectas de la alarma), que deben controlarse cuidadosamente para que la aparente potencia de la Intervención no se vea socavada por las crecientes dudas de los usuarios sobre su eficacia y fiabilidad, lo que podría lograrse mediante futuros desarrollos de la tecnología, aunando las ventajas probadas y comprobadas del enfoque físico actual (analógico) -la rueda de bloqueo- con las crecientes capacidades que ofrece el análisis de vídeo digital.